Por Jomi:
Siempre he pensado, desde la ignorancia, que mi desconocimiento del infinito celestial provoca, que las estrellas –cuerpos astrales- podían ser clasificadas en tres categorías: En la primera, se encontrarían aquellas que noche tras noche, permanentemente visibles en el cielo nocturno (y salvo nubarrones cegadores que impidiesen su vista), aparecen para brillar con más o menos intensidad, acompañando a la luna y compitiendo con ella para dar algo de luz a la oscuridad. En la segunda, estarían aquellas llamadas fugaces, también noctámbulas, que son un visto y no visto en su lucir, las cuales te convierten en un afortunado al verlas relucir improvisando un deseo que anhelas ver cumplido mientras se desvanecen dejando una fina estela tras de sí. Y por último estarían aquellas que, a pesar de dar el sustento y razón de ser a muchos otros, de ser fuente de vida, de luz y de calor, ni siquiera son llamadas como tales, por no salir a asomar su fulgor por la noche, ni por ser utilizadas como conductores de sueños. De éstas, nuestra más cercana recibe el nombre de Sol.
La protagonista de estas notas, y siempre teniendo en cuenta el sentido metafórico con que la palabra estrella ha pasado a designar a determinados artistas, podría formar parte de cualquiera de estas categorías, aunque por desgracia, el gran desconocimiento que de la misma y de su inconmensurable contribución al éxito de otros existe, incline a decidirme por concederle el rango de Sol (del pop y del rock de todos los tiempos). Su nombre artístico era ELLIE GREENWICH. Ella, Eleanor de pila, sin duda merece, al analizar su extensa carrera musical, ser elevada a los altares de las grandes estrellas del universo musical, al de esas que centellean y refulgen al ser admiradas por sus contemplativos fans. El gran productor PHIL SPECTOR, creador del “Wall of sound” (muro de sonido) llegó a comentar a Sonny Bono tras escuchar la toma final del “Da Doo Ron Ron” de Ellie algo parecido a estas palabras: “Eso es oro. Eso es oro macizo saliendo de ese altavoz”. Como también podría ser tratada de estrella fugaz, por la doble vertiente ligada a estos cuerpos astrales; la de su efímera aparición –cuando Ellie parecía irrumpir con un gran hit en el espacio musical que la consagrase cual diva del pop rápidamente otras “grandes Casiopeas” tenían el “inoportunismo” de aparecer brillando con más fuerza apagando (más bien mitigando) su reflejo- o en su faceta reveladora de anhelos deseando ser cumplidos –pocas composiciones como las de Ellie, por su belleza, transportan con su escucha tu pensamiento al mundo de lo onírico, y a fantasiosos y lejanos deseos que gustosamente verías cristalizar frente a tus ojos-.
Pero, sin embargo, Ellie es un Sol. Es asombrosa las cantidad de grandes éxitos que la de Brooklyn (nacida en 1940 en el seno de una familia de clase media de padre pintor de ascendencia rusa –con un gran dominio de la balalaica- y madre amante de las artes, aunque no especialmente dotada de virtudes musicales) creó para otros artistas, bien componiendo en solitario o junto a Jeff Barry, con quien compartió matrimonio durante varios años, bien produciendo lo compuesto por otros. No en vano formaba parte del Salón de la Fama de los Compositores norteamericanos. Estoy seguro de que habrán escuchado más de una y de dos veces el “Be my baby”. Quizás en boca de las RONETTES, o tal vez saliendo de los labios de los SEARCHERS, o de RINGO STARR, o de THE ESSEX, o de JOHN LENNON, o de HUMBLE PIE, de los CARPENTERS o de NATALIA QUINTANAL.... Cierto es que la habrán escuchado en alguna ocasión, no en vano es ésta una de las canciones incluidas entre las mejores canciones del siglo XX por la industria discográfica americana (Recording Industry Association of America y National Endowment for the Arts entre otras). Lo que me atrevo a afirmar es que no tendrán tan claro que esa sea una canción de Ellie. Entre ella, Barry y el gran Spector, la crearon para lucimiento de THE RONETTES. Una muestra de la forma tan especial de brillar de la GREENWICH. No dudo tampoco que alguna vez habrán oído hablar –y supongo que hasta habrán escuchado- a las fabulosas SHANGRI-LAS. Uno de sus mayores éxitos lo constituyó la canción “Leader of the pack” (Otra de esas canciones incluidas en la lista de lo mejor del Siglo XX por los expertos de USA). ¿Adivinan quien la creó?...Sí, no fallan, fue Ellie! ¿Les suena una canción titulada Chapel of Love?. Pues fue compuesta por nuestra estrella para las DIXIE CUPS, editada en mayo de 1964 y para junio de ese mismo año ya había desbancado al “Love me do” de los mismísimos BEATLES del número 1 en las listas de Billboard. La cancioncita en cuestión luego fue cantada y llevada a lo más alto por otros artistas como Holly & The Italians (en plena efervescencia nuevaolera), por Elton John, Darlen Love, Jonathan Richmann, The Beach Boys, The Crystals...Otra abrasadora muestra de la fuente de calor que representaba Ellie para los demás...Y más destellos de luz. “River Deep, Mountain High”. Esta vez son los críticos australianos quienes sitúan esta canción entre las 100 mejores de todos los tiempos. Interpretada nuevamente por múltiples artistas (permítaseme la licencia de expresar que mi versión favorita del tema fue interpretada por los Beatles de nuestras antípodas, los EASYBEATS) inicialmente fue un regalo de Ellie Greenwich para nada más y nada menos que IKE & TINA TURNER, quienes la interpretaron asimismo de manera gloriosa. Nuevamente junto a Barry y Spector, convirtieron la canción en todo un éxito en boca de la pareja comentada. Realmente podría continuar con la enumeración pero ello, además de cansado para el lector, se apartaría también de mi intención final, que es la de dar a conocer alguna faceta de la vida de nuestra protagonista.
Echemos pues la vista atrás. Un 23 de octubre de 1940 venía al mundo en el neoyorquino barrio de Brooklyn Ellie Greenwich, aunque su adolescencia transcurrió en la ciudad de Levittown, a la que desde pequeña, con 10 años, se había mudado con su familia. Desde temprana edad siente inclinación por la música, recibiendo clases de danza y de acordeón (de hecho su padré llegó a fabricarle un “acordeón rodante” para que el traslado de este instrumento de un lado a otro resultase a Eleanor lo más liviano posible). También desde muy jovencita comienza a componer sus primeras canciones, especialmente para entretener a su hermana pequeña Laura, que asimismo se convertía en una acompañante de armonías para las composiciones de Ellie. Ya con 13 años formó su primer grupo, THE JIVETTES, con un par de amigas del colegio, actuando en galas benéficas, fiestas escolares, hospitales y similares.
A mediados de los años 50 descubre en la radio el show “Moondog” (esas tardes de escucha bajo la almohada simulando estar haciendo los deberes) e inmediatamente quedó prendada de la música rock. Mientras sus amigos compraban discos de Pat Boone y Georgia Gibbs, Ellie se dedicaba a adquirir los últimos trabajos de Little Richard y La Vern Baker para completar su discoteca, haciendo terceras armonías en cualquier canción en las que las echaba de menos.
Con 16 años, en 1958, consiguió su primer contrato discográfico con RCA, grabando un single con dos temas propios “Cha-cha-charming” y “Silly Isn’t It”, que editó bajo el nombre de Ellie Gaye, dado que su apellido siempre era mal pronunciado y que ella pensaba que para triunfar en el mundo del espectáculo era necesario cambiarse el nombre. Con el disco no ocurrió nada destacable, pero la experiencia fue para ella memorable. Un año más tarde, Ellie coincide con el que posteriormente fue su marido, Jeff Barry, en una reunión familiar (él era primo de una tía de Ellie). No pararon de hablar de música y a raíz de ese encuentro su amistad fue en aumento, y Ellie comenzó a ir a Nueva York para grabar canciones de Jeff en el “Brill Building”, en el 1619 de Broadway, comenzando así a dar sus primeros pasos la que más tarde sería conocida como la “Reina de las Maquetas” (Demo Queen) de Nueva York.
En 1961, y esta vez bajo el nombre de ELLIE GEE AND THE JETS Ellie y Jeff grabaron un nuevo single con las canciones “Red Corvette” y “I Go, You Go”, el cual era insistentemente solicitado en las emisoras de radio de la zona de Nueva York, y en 1962, nuestra estrella, camuflada ahora bajo el nombre de KELLIE DOUGLAS editó otro single para RCA. Ese mismo año, después de una breve experiencia docente, Ellie comenzó a trabajar para Leiber y Stoller (Brill Building) en base al sistema conocido como “first refusal” o “first option”, es decir, que Leiber y Stoller tenían la exclusiva sobre los temas que Ellie compusiese, pero si no les interesaban, ella podía buscar a quien le interesasen esas canciones, como lo hizo, por ejemplo con Tony Powers, con quien consiguió sus primeros éxitos para el grupo THE EXCITERS (grupo cuyas grabaciones fueron de las mejores de la era de los grupos de chicas). Su canción “He’s got the power” compuesta para ellas fue elegida como “follow up” (siguiente single) de su éxito “Tell Him”, con el que habían ascendido a lo más alto en las listas de éxitos.
Es durante este período de tiempo cuando comienzan sus contactos con Spector. Éste, Powers y Ellie escribieron éxitos para Darlene Love o Bob B. Soxx & The Blue Jeans y así comenzó el torrente de sonados éxitos (eso sí ocultos) para Ellie. En octubre de 1962 Barry y Greenwich contrajeron matrimonio y comenzaron a componer juntos, dando vida poco después a THE RAINDROPS, consiguiendo sonados triunfos como “What a guy”, “The Kind of Boy You Can Forget” y “That Boy John”. Sus discos contenían preciosas melodías con la voz principal de Ellie y la voz de bajo de Jeff como contrapunto. Publicaron su primer Lp, con título homónimo, en el año 1963, con el sello Jubilee, conteniendo doce canciones memorables e imborrables de la memoria.
El éxito obtenido con los Raindrops no fue nada comparado con el que obtuvieron junto a Spector, dado que juntos, durante el año 1963, consiguieron muchos discos números uno o dentro del top 10. Phil Spector, que seguía construyendo su “Muro de sonido” con sus producciones, recibirá un salto cualitativo con las primeras canciones fruto de su colaboración con la pareja Greenwich/Barry, contenidas en una tripleta de canciones única en la Historia de la Música Pop “Da Doo Ron Ron” y “Then He Kissed Me”, interpretadas por THE CRYSTALS y la mencionada anteriormente “Be My Baby” para las RONETTES. Pero es que en ese año glorioso para nuestra protagonista, otros sonados éxitos los constituyeron “Baby I Love You” para THE RONETTES y “Wait’Til My Bobby Gets Home” y “A Fine, Fine Boy” para Darlene Love, y puedo asegurarles que no acaba ahí la colección de perlas.
Poco después, otro de los sonados éxitos de Ellie, el ya comentado“Chapel of Love”, que había escrito junto a Spector fue la causa que enemistó temporalmente al matrimonio con el productor, ya que éste que en 1963 había grabado la canción con Darlene Love y con las Ronettes (no publicando definitivamente ninguna de las dos versiones) no recibió de muy buen grado la decisión final de sus colaboradores de que la canción, interpretada por THE DIXIE CUPS, fuese seleccionada por Leiber y Stoller como el primer lanzamiento para el mítico sello que estos acababan de crear, “RED BIRD RECORDS”. El single, que constituyó un tremendo éxito en mayo de 1964, no hizo sino agravar el monumental cabreo de Spector, quien rompió su relación con los neoyorquinos. Jeff Y Ellie pasarán gran parte de los años 1964 y 1965 escribiendo y produciendo para los artistas del sello Red Bird, y sus sellos “hermanos” “BLUE CAT”, “TIGER” y “DAISY”, acumulando una lista interminable de éxitos para las DIXIE CUPS, THE JELLY BEANS y THE BUTTERFLYS y, sobre todo, desde el verano del 64, para THE SHANGRI-LAS, quienes fueron el grupo de más éxito de la escudería Red Bird. Con ellas triunfó con temas como “Leader Of The Pack”, “Out In The Streets”, “Give Us Your Blessing”, “Heaven Only Knows” o “Train From Kansas City”. También estando en Red Bird Ellie tuvo su faceta como artista, editando bajo su propio nombre (¡por fin!) una de las mejores producciones que salieron del sello, el single “You Don´t Know/Baby”, una de las mejores canciones del “Sonido de Grupos de Chicas”.
También años más tarde un por entonces jovencito llamado Neil Diamond tuvo la fortuna de topar en su camino con Ellie , Barry....poco después recibía galardones como el de mejor artista nobel, y su nombre recibió un espaldarazo que lo propulsó a la cima del éxito mundial, con canciones como “Cherry, Cherry” o “Kentucky woman”
Por otro lado, la Greenwich también sacó a la luz dos discos bajo el nombre de Ellie Greenwich, el “Composes, produces & sings” (1968) (en el que curiosamente no todas las canciones incluidas eran de la propia artista, como su versión del The Letter que los Box Tops hicieron famosa) entre las de cosecha propia que allí figuraban se incluía la que es una de las más bonitas canciones de pop jamás creadas “The sunshine after the rain” . El disco, excelente por otro lado, apareció en un momento en el tiempo en el que las canciones hechas por y para grupos de chicas ya no estilaban y el brillo de la Greenwich no resplandeció como ella merecía. Años más tarde, en 1973 publicó un segundo álbum, quizás aún mejor que el primero, titulado “Let it written, let i be”, con algunas relecturas de canciones de la propia Ellie sencillamente adorables. Si no lo conocen, búsquenlo y escúchenlo. Habrán adquirido una joya a precio de ganga.
Tras tantos avatares, idas y venidas, tras su separación de Barry (Ellie que había pasado su vida componiendo canciones de temática romántica se sintió muy deprimida ante el hundimiento del barco que su matrimonio representaba) la Demo Queen se dedicó preferentemente al mundo del Jingle, componiendo pequeñas piezas para anuncios, que, como no, calaban pronto en la audiencia...
Hacia mediados de los años ochenta, algún musical, bajo el nombre de The Leader of The Pack recreó con gran éxito la mayor parte de las canciones en este texto reseñadas, reconociendo a Ellie muchos de los méritos que en su día le fueron bien negados, bien ocultado. Pero los millones de copias vendidos de sus canciones, los veinticinco discos de oro y platino conseguidos gracias a ella no podían sino colocarla allí donde merecía, ingresando en 1991 en el Salón de la Fama de los Compositores.
Por desgracia, en fechas recientes, el pasado 26 de agosto, la Greenwich abandonó este mundo a los 68 años de edad, tras un paro cardíaco, para dirigirse allí donde no dejará de brillar, a lo alto del firmamento. Sin tanto bombo y tanto ruido como otros a quienes se ha tildado como reyes o reinas del pop nos deja un legado de preciosas canciones cuya escucha no harán sino hacer crecer aún más la inmensa admiración que por ella profesábamos. Se marcha, quizás, sin la corona que a otras fácilmente se asigna, pero dejando huérfanos a multitud de hijos del pop y del rock. Y uno casi prefiere que sea asi. Los Hijos del Pop somos lo que somos no gracias a las Reinas, sino a las Madres del Pop. Y Ellie lo era. Una dulce mamá. Alli donde quiera que brilles a partir de ahora, recibe mi eterno y filial agradecimiento Ellie Greenwich. Descanse en paz.
Artículo escrito por Jomi
Pero, sin embargo, Ellie es un Sol. Es asombrosa las cantidad de grandes éxitos que la de Brooklyn (nacida en 1940 en el seno de una familia de clase media de padre pintor de ascendencia rusa –con un gran dominio de la balalaica- y madre amante de las artes, aunque no especialmente dotada de virtudes musicales) creó para otros artistas, bien componiendo en solitario o junto a Jeff Barry, con quien compartió matrimonio durante varios años, bien produciendo lo compuesto por otros. No en vano formaba parte del Salón de la Fama de los Compositores norteamericanos. Estoy seguro de que habrán escuchado más de una y de dos veces el “Be my baby”. Quizás en boca de las RONETTES, o tal vez saliendo de los labios de los SEARCHERS, o de RINGO STARR, o de THE ESSEX, o de JOHN LENNON, o de HUMBLE PIE, de los CARPENTERS o de NATALIA QUINTANAL.... Cierto es que la habrán escuchado en alguna ocasión, no en vano es ésta una de las canciones incluidas entre las mejores canciones del siglo XX por la industria discográfica americana (Recording Industry Association of America y National Endowment for the Arts entre otras). Lo que me atrevo a afirmar es que no tendrán tan claro que esa sea una canción de Ellie. Entre ella, Barry y el gran Spector, la crearon para lucimiento de THE RONETTES. Una muestra de la forma tan especial de brillar de la GREENWICH. No dudo tampoco que alguna vez habrán oído hablar –y supongo que hasta habrán escuchado- a las fabulosas SHANGRI-LAS. Uno de sus mayores éxitos lo constituyó la canción “Leader of the pack” (Otra de esas canciones incluidas en la lista de lo mejor del Siglo XX por los expertos de USA). ¿Adivinan quien la creó?...Sí, no fallan, fue Ellie! ¿Les suena una canción titulada Chapel of Love?. Pues fue compuesta por nuestra estrella para las DIXIE CUPS, editada en mayo de 1964 y para junio de ese mismo año ya había desbancado al “Love me do” de los mismísimos BEATLES del número 1 en las listas de Billboard. La cancioncita en cuestión luego fue cantada y llevada a lo más alto por otros artistas como Holly & The Italians (en plena efervescencia nuevaolera), por Elton John, Darlen Love, Jonathan Richmann, The Beach Boys, The Crystals...Otra abrasadora muestra de la fuente de calor que representaba Ellie para los demás...Y más destellos de luz. “River Deep, Mountain High”. Esta vez son los críticos australianos quienes sitúan esta canción entre las 100 mejores de todos los tiempos. Interpretada nuevamente por múltiples artistas (permítaseme la licencia de expresar que mi versión favorita del tema fue interpretada por los Beatles de nuestras antípodas, los EASYBEATS) inicialmente fue un regalo de Ellie Greenwich para nada más y nada menos que IKE & TINA TURNER, quienes la interpretaron asimismo de manera gloriosa. Nuevamente junto a Barry y Spector, convirtieron la canción en todo un éxito en boca de la pareja comentada. Realmente podría continuar con la enumeración pero ello, además de cansado para el lector, se apartaría también de mi intención final, que es la de dar a conocer alguna faceta de la vida de nuestra protagonista.
Echemos pues la vista atrás. Un 23 de octubre de 1940 venía al mundo en el neoyorquino barrio de Brooklyn Ellie Greenwich, aunque su adolescencia transcurrió en la ciudad de Levittown, a la que desde pequeña, con 10 años, se había mudado con su familia. Desde temprana edad siente inclinación por la música, recibiendo clases de danza y de acordeón (de hecho su padré llegó a fabricarle un “acordeón rodante” para que el traslado de este instrumento de un lado a otro resultase a Eleanor lo más liviano posible). También desde muy jovencita comienza a componer sus primeras canciones, especialmente para entretener a su hermana pequeña Laura, que asimismo se convertía en una acompañante de armonías para las composiciones de Ellie. Ya con 13 años formó su primer grupo, THE JIVETTES, con un par de amigas del colegio, actuando en galas benéficas, fiestas escolares, hospitales y similares.
A mediados de los años 50 descubre en la radio el show “Moondog” (esas tardes de escucha bajo la almohada simulando estar haciendo los deberes) e inmediatamente quedó prendada de la música rock. Mientras sus amigos compraban discos de Pat Boone y Georgia Gibbs, Ellie se dedicaba a adquirir los últimos trabajos de Little Richard y La Vern Baker para completar su discoteca, haciendo terceras armonías en cualquier canción en las que las echaba de menos.
Con 16 años, en 1958, consiguió su primer contrato discográfico con RCA, grabando un single con dos temas propios “Cha-cha-charming” y “Silly Isn’t It”, que editó bajo el nombre de Ellie Gaye, dado que su apellido siempre era mal pronunciado y que ella pensaba que para triunfar en el mundo del espectáculo era necesario cambiarse el nombre. Con el disco no ocurrió nada destacable, pero la experiencia fue para ella memorable. Un año más tarde, Ellie coincide con el que posteriormente fue su marido, Jeff Barry, en una reunión familiar (él era primo de una tía de Ellie). No pararon de hablar de música y a raíz de ese encuentro su amistad fue en aumento, y Ellie comenzó a ir a Nueva York para grabar canciones de Jeff en el “Brill Building”, en el 1619 de Broadway, comenzando así a dar sus primeros pasos la que más tarde sería conocida como la “Reina de las Maquetas” (Demo Queen) de Nueva York.
En 1961, y esta vez bajo el nombre de ELLIE GEE AND THE JETS Ellie y Jeff grabaron un nuevo single con las canciones “Red Corvette” y “I Go, You Go”, el cual era insistentemente solicitado en las emisoras de radio de la zona de Nueva York, y en 1962, nuestra estrella, camuflada ahora bajo el nombre de KELLIE DOUGLAS editó otro single para RCA. Ese mismo año, después de una breve experiencia docente, Ellie comenzó a trabajar para Leiber y Stoller (Brill Building) en base al sistema conocido como “first refusal” o “first option”, es decir, que Leiber y Stoller tenían la exclusiva sobre los temas que Ellie compusiese, pero si no les interesaban, ella podía buscar a quien le interesasen esas canciones, como lo hizo, por ejemplo con Tony Powers, con quien consiguió sus primeros éxitos para el grupo THE EXCITERS (grupo cuyas grabaciones fueron de las mejores de la era de los grupos de chicas). Su canción “He’s got the power” compuesta para ellas fue elegida como “follow up” (siguiente single) de su éxito “Tell Him”, con el que habían ascendido a lo más alto en las listas de éxitos.
Es durante este período de tiempo cuando comienzan sus contactos con Spector. Éste, Powers y Ellie escribieron éxitos para Darlene Love o Bob B. Soxx & The Blue Jeans y así comenzó el torrente de sonados éxitos (eso sí ocultos) para Ellie. En octubre de 1962 Barry y Greenwich contrajeron matrimonio y comenzaron a componer juntos, dando vida poco después a THE RAINDROPS, consiguiendo sonados triunfos como “What a guy”, “The Kind of Boy You Can Forget” y “That Boy John”. Sus discos contenían preciosas melodías con la voz principal de Ellie y la voz de bajo de Jeff como contrapunto. Publicaron su primer Lp, con título homónimo, en el año 1963, con el sello Jubilee, conteniendo doce canciones memorables e imborrables de la memoria.
El éxito obtenido con los Raindrops no fue nada comparado con el que obtuvieron junto a Spector, dado que juntos, durante el año 1963, consiguieron muchos discos números uno o dentro del top 10. Phil Spector, que seguía construyendo su “Muro de sonido” con sus producciones, recibirá un salto cualitativo con las primeras canciones fruto de su colaboración con la pareja Greenwich/Barry, contenidas en una tripleta de canciones única en la Historia de la Música Pop “Da Doo Ron Ron” y “Then He Kissed Me”, interpretadas por THE CRYSTALS y la mencionada anteriormente “Be My Baby” para las RONETTES. Pero es que en ese año glorioso para nuestra protagonista, otros sonados éxitos los constituyeron “Baby I Love You” para THE RONETTES y “Wait’Til My Bobby Gets Home” y “A Fine, Fine Boy” para Darlene Love, y puedo asegurarles que no acaba ahí la colección de perlas.
Poco después, otro de los sonados éxitos de Ellie, el ya comentado“Chapel of Love”, que había escrito junto a Spector fue la causa que enemistó temporalmente al matrimonio con el productor, ya que éste que en 1963 había grabado la canción con Darlene Love y con las Ronettes (no publicando definitivamente ninguna de las dos versiones) no recibió de muy buen grado la decisión final de sus colaboradores de que la canción, interpretada por THE DIXIE CUPS, fuese seleccionada por Leiber y Stoller como el primer lanzamiento para el mítico sello que estos acababan de crear, “RED BIRD RECORDS”. El single, que constituyó un tremendo éxito en mayo de 1964, no hizo sino agravar el monumental cabreo de Spector, quien rompió su relación con los neoyorquinos. Jeff Y Ellie pasarán gran parte de los años 1964 y 1965 escribiendo y produciendo para los artistas del sello Red Bird, y sus sellos “hermanos” “BLUE CAT”, “TIGER” y “DAISY”, acumulando una lista interminable de éxitos para las DIXIE CUPS, THE JELLY BEANS y THE BUTTERFLYS y, sobre todo, desde el verano del 64, para THE SHANGRI-LAS, quienes fueron el grupo de más éxito de la escudería Red Bird. Con ellas triunfó con temas como “Leader Of The Pack”, “Out In The Streets”, “Give Us Your Blessing”, “Heaven Only Knows” o “Train From Kansas City”. También estando en Red Bird Ellie tuvo su faceta como artista, editando bajo su propio nombre (¡por fin!) una de las mejores producciones que salieron del sello, el single “You Don´t Know/Baby”, una de las mejores canciones del “Sonido de Grupos de Chicas”.
También años más tarde un por entonces jovencito llamado Neil Diamond tuvo la fortuna de topar en su camino con Ellie , Barry....poco después recibía galardones como el de mejor artista nobel, y su nombre recibió un espaldarazo que lo propulsó a la cima del éxito mundial, con canciones como “Cherry, Cherry” o “Kentucky woman”
Por otro lado, la Greenwich también sacó a la luz dos discos bajo el nombre de Ellie Greenwich, el “Composes, produces & sings” (1968) (en el que curiosamente no todas las canciones incluidas eran de la propia artista, como su versión del The Letter que los Box Tops hicieron famosa) entre las de cosecha propia que allí figuraban se incluía la que es una de las más bonitas canciones de pop jamás creadas “The sunshine after the rain” . El disco, excelente por otro lado, apareció en un momento en el tiempo en el que las canciones hechas por y para grupos de chicas ya no estilaban y el brillo de la Greenwich no resplandeció como ella merecía. Años más tarde, en 1973 publicó un segundo álbum, quizás aún mejor que el primero, titulado “Let it written, let i be”, con algunas relecturas de canciones de la propia Ellie sencillamente adorables. Si no lo conocen, búsquenlo y escúchenlo. Habrán adquirido una joya a precio de ganga.
Tras tantos avatares, idas y venidas, tras su separación de Barry (Ellie que había pasado su vida componiendo canciones de temática romántica se sintió muy deprimida ante el hundimiento del barco que su matrimonio representaba) la Demo Queen se dedicó preferentemente al mundo del Jingle, componiendo pequeñas piezas para anuncios, que, como no, calaban pronto en la audiencia...
Hacia mediados de los años ochenta, algún musical, bajo el nombre de The Leader of The Pack recreó con gran éxito la mayor parte de las canciones en este texto reseñadas, reconociendo a Ellie muchos de los méritos que en su día le fueron bien negados, bien ocultado. Pero los millones de copias vendidos de sus canciones, los veinticinco discos de oro y platino conseguidos gracias a ella no podían sino colocarla allí donde merecía, ingresando en 1991 en el Salón de la Fama de los Compositores.
Por desgracia, en fechas recientes, el pasado 26 de agosto, la Greenwich abandonó este mundo a los 68 años de edad, tras un paro cardíaco, para dirigirse allí donde no dejará de brillar, a lo alto del firmamento. Sin tanto bombo y tanto ruido como otros a quienes se ha tildado como reyes o reinas del pop nos deja un legado de preciosas canciones cuya escucha no harán sino hacer crecer aún más la inmensa admiración que por ella profesábamos. Se marcha, quizás, sin la corona que a otras fácilmente se asigna, pero dejando huérfanos a multitud de hijos del pop y del rock. Y uno casi prefiere que sea asi. Los Hijos del Pop somos lo que somos no gracias a las Reinas, sino a las Madres del Pop. Y Ellie lo era. Una dulce mamá. Alli donde quiera que brilles a partir de ahora, recibe mi eterno y filial agradecimiento Ellie Greenwich. Descanse en paz.
Artículo escrito por Jomi