Hablar de power pop en Australia es hacerlo sobre una gran familia, y es que es muy raro encontrar un disco o un grupo dentro de este estilo en el que no estén presentes colaborando, produciendo, o participando activamente personajes como DOM MARIANI, MICHAEL CARPENTER o el que hoy nos ocupa, DANNY McDONNALD, quien por trayectoria y buen hacer en estos últimos años debería figurar obligatoriamente incluido en el santoral de cualquier devoto al power pop aussie.
“FIBROTONES” es su tercer disco en solitario, o segundo si excluimos aquel fundamental trabajo del año 2001 y hoy ya convertido en clásico indiscutible del power pop que llevaba por título “INTO THE SUN” y en el que DANNY se escondía bajo el seudónimo de P76 acompañado por Tim Mills al bajo y Geoff Barnes a la batería.
Además de estos tres discos en solitario, la prolífica actividad musical de DANNY McDONALD ya había dejado huella en los noventa en otro grupo imprescindible como eran JERICHO, del que recomiendo un recopilatorio publicado por el sello australiano Popboomerang que lleva por título “Retrospective 1995-1998” y en el que se recogen un total de 21 temas, o formando parte activa en el disco de debut de los STONEAGE HEARTS: “Turn on with the Stoneage Hearts” del 2002.
Centrémonos ya en “FIBROTONES”, su último trabajo, publicado este mismo año en el sello Off the hip y en el que bajo la producción del conocido ERNIE O, le acompañan músicos como PAUL THOMAS, (Weddings Parties Anything), MICKSTER (Finkers, Crusaders, Stoneage Hearts) y TIM MILLS (P76), para dar forma a doce temas grabados y mezclados en tan sólo cinco días y en los que nos encontramos desde himnos de power pop llenos de nervio a incursiones en el garage, en el surf o en la música country y en las que DANNY McDONALD se mantiene fiel a ese estilo totalmente ajeno a modas o a sonidos más actuales dentro del power pop, fijando sus influencias en el pop aussie de siempre, capaz de desempolvar los mejores momentos de los DM3 o de los STEMS…y es que es DOM MARIANI es una referencia básica e imprescindible para entender el power pop que se ha facturado en el continente austral.
Se aprecia el legado de los STEMS por ejemplo en la intro garagera del tema “Lazy dogs” , que se muestra como un perfecto lingotazo de mala leche azucarada o en la salvaje y vigorosa “Amberlene” en la que DANY McDONALD parece dejarse la voz a gritos en la parte final y con pasajes que me recuerdan a temas como “Rosebud” de los de DOM MARIANI o a “I`m in love” de los STONEAGE HEARTS .
Predomina el power pop en la mayoría de los temas, muy al estilo de sus dos anteriores discos, con ese timbre de voz tan característico y tan particular de DANY McDONALD conducido por un poderoso sonido de guitarras en primer plano y unas vibrantes lineas de bajo, sirvan como ejemplo el tema que abre el disco “The Old Bamboo”, “we`ve come this far”, “This Old House” o la juguetona “5 Years In Malabar As A Brickie`s Labourer”.
Hace guiños al country en canciones como “A Bitter End To A Sweet Weekend Hawai” con su aire lánguido y sus bellos pasajes de steel guitar al igual que ocurre en las acústicas “25 Years In The Ring” o en la balada de sabor campestre y steel llorón que sirve para cerrar el álbum: “A Ragged Old Gum”.
Da rienda suelta a su afición por la música instrumental en esa especie de surf marciano de film de serie b que es “Sandpiper” o consigue el momento más brillante del disco en “A Different Ballgame” con la ayuda de un órgano acompañando la melodía y disparando emociones en todas las trayectorias cual marine americano haciendo el gañán por Irak; cantada con intensidad y pasión, volcando el corazón para llenarte de optimismo. Y es que así es el power pop, no tiene porque gustarle a todo el mundo (afortunadamente) pero es un estilo necesario para superar a base de sensibilidad, pasión y música cualquier prejuicio hacia lo que muchos denominan " el lado más blando del rock".
“FIBROTONES” es más de lo mismo, nada nuevo bajo el sol (¿alguien lo necesita?, yo al menos no), un álbum accesible y ameno, lleno de canciones modestas compuestas sin esfuerzo aparente por un DANNY McDONALD al que lo único que se le puede pedir es que nunca deje de sacar discos tan sencillos como este.
Texto escrito por Rafa Beatman