Por Rafa Beatman y Nacho Thirdeye:
El festival Purple Weekend se ha convertido en una cita clásica y habitual en la agenda de todos los que disfrutamos de la música con base en la década de los sesenta y al que agradecemos que, sin alejarse demasiado de estos parámetros, atienda a horizontes musicales más amplios. El balance que extraemos de esta última edición no puede ser más positivo; si a priori los grupos que formaban parte del cartel convertían al festival leonés en un reclamo interesante y atractivo para cualquiera con un mínimo de interés por la música, tras estos intensos días de conciertos no nos sentimos ni mucho menos decepcionados, más bien todo lo contrario, ya que hemos visto como el festival superaba con éxito las expectativas que habíamos depositado en él y así hemos sido afortunados testigos en las resurrecciones milagrosas de bandas que hasta hace unos pocos meses dábamos por muertas y enterradas, comprobamos también como algunos de los grupos que nos gustan se mantienen en plena forma y hemos disfrutado de otros no demasiado conocidos, pero que nos han deparado agradables sorpresas.
A todo lo anterior debemos añadir una organización perfecta, la puntualidad en el cumplimiento de los horarios -algo muy de agradecer y que por desgracia no es habitual en los conciertos que se celebran en España_, el magnífico ambiente que gracias al festival se vive y se disfruta por las calles de de León y el aliciente extramusical de los paseos por el Barrio Húmedo con sus consiguientes degustaciones de tapas y caldos leoneses...¡así da gusto!.
Llegamos el viernes al Pabellón del Hispánico, -recinto en el que se celebraron buena parte de los conciertos-, con cierto retraso y en plena actuación de los Fortune Tellers. Nos los encontramos afaenados en superar con solvencia el deficiente sonido del pabellón y demostrando el porqué actualmente son uno de los grupos más en forma del panorama nacional . Fantástico el directo del cuarteto madrileño, sonando sólidos y repasando buena parte de las canciones de su primer E.P. y de su último y recomendable disco “Remember The Future & Taste Broken Cups”, endureciendo cada vez más ese sonido influenciado por bandas como Small Faces, The Who o Traffic y sobre el que destaca.la magnífica voz de Sergio Gil.
Finalizada la actuación de los Fortune Tellers nos interesamos por los directos de Ian McLagan y de The Times de la noche anterior, nada mejor que departir sobre los mismos con nuestros compañeros de foro Pippie y The Howlings (Web El Desván) y sus opiniones no podían ser mejores, especialmente en el caso de Ian McLagan, que según nos han comentado, derrochó clase al órgano y acompañado por otros tres músicos repasó el cancionero de sus diferentes etapas musicales, tanto en solitario como con los Faces. Su directo no ha decepcionado a nadie y la postre ha sido calificada como una de las mejores actuaciones del Purple Weekend 2007.
A todo un clásico del Nothern Soul como Dean Parrish teníamos que verlo situados en las primeras filas, así que hasta esa posición nos acercamos para disfrutar primero con The Teenagers, una banda andaluza de soul que no conocíamos y que sin duda acabó siendo una de las revelaciones del festival, valiéndose para ello de su buen hacer instrumental y de una sensacional voz muy adecuada a lo que debe ser un grupo orientado hacia este estilo. Caldearon de forma perfecta el ambiente para la esperada aparición sobre el escenario del cantante neyorquino que, a pesar de los años, brilló a gran altura. Parte de culpa de su magnífica actuación la tuvieron los fantásticos Teenagers, sin duda la sorpresa de la noche; con una banda de acompañamiento así es difícil decepcionar y más cuando al legendario Dean Parrish le sobra todavía clase, buen estado de forma y cercanía con el público. Dio un buen repaso a lo más granado de su repertorio, incluyendo las dos ocasiones en las que interpretó su clásico “I’m on my way”. Se atrevió con un magnífico “Unchain my heart” y todavía tuvo tiempo para recordar a Timi Yuro o para agradecer al señor Paul Weller el regalo de un tema tan hermoso como “Left, right, center”. Besos al público y franca sonrisa de satisfacción. Entrañable.
Tras haber bailado con Dean Parrish and The Teenagers y con el ritmo todavía en el cuerpo, nos acercamos hasta el mercadillo situado en el mismo pabellón de los conciertos. Un mercadillo especializado en ropa, complementos y auténticas joyas en vinilo que a muchos nos hizo temer por la ya de por sí delicada situación económica de nuestros bolsillos. Sí que nos fijamos que el número de expositores parecía menor al de la edición anterior. Los primeros acordes de The Thrills nos sorprendieron atareados en la búsqueda de ese vinilo imposible que siempre esperas encontrar en este tipo de eventos, aunque esta vez no hubo suerte. Nos situamos de forma estratégica para presenciar el concierto de The Thrills en lo que fue la última actuación de la noche, un grupo irlandés de pop con un montón de buenas canciones repartidas en dos discos y que sinceramente, nos dejó algo fríos, quizás programar su actuación justo despues de la de Dean Parrish no fue una idea acertada. Aún así, pudimos ver como satisfacían las expectativas de los muchos que se habían acercado a León para verlos.
El despetar resacoso del sábado nos planteó el dilema de decidir entre una sesión vermú con The Bongolian en el escenario de la MUSAC o por hacer la digestión en la sesión de sobremesa con The Phantom Keys en el Gran Café. Como los excesos de la noche anterior nos dejaron algo justitos de fuerzas, optamos por reponer energias con platos típicos de la Cocina Leonesa y posteriormente hacer la sobremesa con la música de los gallegos de The Phantom Keys. Teníamos curiosidad además, por comprobar la posible evolución del grupo tras los recientes cambios de formación y si esta presencia de músicos más veteranos (Mal Kergan, ex-bajista de los Thanes, Alberto Chao, batería de Los Morta y Agent V, Alberto Six Fingers de Los Villanos de Boraville) haría mejorar de algún modo los directos de esta buena banda de garage. Y ya lo creo que sí, hasta el extremo de que para nuestro gusto, los de O Grove fueron otra de las sorpresas agradables del Purple Weekend. Con una cafetería completamente abarrotada y más o menos sobre las cuatro de la tarde, comenzaron su actuación con “You can’t judge a book by looking at this cover” de Willie Dixon, continuando en la primera parte de su actuación con canciones orientadas hacia el R`n`B británico de mediados de los sesenta, -The Phantom Keys suenan actualmente mucho más cercanos a grupos como Crawdaddys que a otros compañeros del garage revival como Miracle Workers- repasando las canciones de su primer single y presentando las de lo que será su segundo single que recientemente han grabado en los estudios Circos Perrotti de Jorge Explosion, no faltaron sus ya habituales covers de “Soy así”(Los Salvajes), “Midnight to six man” (Pretty Things) y alguna que otra nueva gema propia como “Shut up Johnny”, con madera de clásico. Sala pequeña, abarrotadada, sudorosa y con el grupo completamente entregado casi en un cuerpo a cuerpo con el público, así es como se vive y se disfruta el Rock and Roll...¡genial!.
Una larga siesta nos impidió llegar a tiempo para el concierto de los suecos The Men, un grupo de los que todavía siguen pensando que el sonido mono y el sudor en escena es lo ideal para la música sixties con sabor y que para muchos fue lo mejor de esa tarde-noche de conciertos. Sentíamos una enorme curiosidad por ver a Farrah en directo, para ser sinceros y con las excepciones de Escocia o de Gales, pocos de los grupos que ultimamente nos llegan desde las Islas despiertan nuestro interés musical. Con sus tres recomendables discos publicados en el sello nacional Rock Indiana, Farrah son una de las excepciones al actual estado de apatía de la música británica. Mala suerte, el lamentable sonido del pabellón se cebó con la actuación de Farrah y sus grandes canciones se vieron un tanto deslucidas por esta circunstancia. Jez Ashurts se esforzaba en conectar con el público a través de un a veces inentendible spanglish y el grupo se mostró solvente con su clásica fórmula de combinar guitarras energéticas con melodías vitaminadas. El Power Pop rara veces falla y de poco nos importó el sonido cuando nos hicieron tararear canciones tan conocidas: “Living For The Weekend”, “Life To Short” o esa magnífica “I Wanna Be Your Boyfriend” que aparece en su primer disco y que han tomado prestada de los Rubinoos.
Tras el concierto de Farrah, nos acercamos hasta las primeras filas para disfrutar de la actuación de uno de los pesos pesados del cartel del Purple Weekend 2007, nada más y nada menos que los suecos The Creeps, posiblemente la que fue la mejor banda del garage revival europeo de los ochenta y autores del imprescindible “Enjoy The Creeps”. Con un imponente órgano hammond mandando en primera línea de fuego y fieles a su peculiar estilo garage soul, The Creeps fueron desgranando practicamente todas las canciones de su ya mencionado primer disco y algunas de su segundo: “Now dig this” a un nivel bastante aceptable para lo que suponía el primer directo de un grupo que llevaba unos cuantos años alejados de los escenarios. A pesar de mostrarse ligeramente desconjuntados, disfrutaron con la respuesta del público y nosotros disfrutamos con la respuesta de The Creeps.
Los grupos con historia siempre tienen un plus añadido, eso es lo que sucede con The Knack, máximos representantes del sonido New Wave/Power Pop de la Costa Oeste americana de finales de los setenta, los angelinos partían como principal reclamo en esta pasada edición del festival púrpura. Con un público, que a esas horas ya llenaba el Pabellón, completamente entregado desde que sonaron los primeros acordes de “Let Me Out”, los de Doug Fieger basaron su repertorio en las canciones de su primer disco: “Get The Knack”, otro disco de los que hay que tener casi de forma obligada, “Your number Or You Name", "That`s What The Little Girls Do", “Frustrated”. “My Sharona” (no podía faltar), el “Everyday” de Buddy Hollie. Sí hay que buscarle un borrón a este concierto es precisamente el del abuso de versiones, con un “Tequila” de los Champs y un “Break On Trough” de los Doors enlazados por un interminable sólo de guitarra de algo más de diez minutos totalmente prescindible. Con el “A Hard Days Night” de los Beatles y sendos covers de Little Richard y del Rey del Rock and Roll Chuck Berry, The Knack finalizaron una actuación muy digna y pusieron el broche de oro a esta décimo novena edición del Purple Weekend. Quizás la mejor de las que hemos vivido y con el deseo de repetir experiencia el próximo año, y a ser posible en otro recinto más adecuado a las exigencias de un festival que crece año tras año con un público que agradecería más comodidad y una mejor acústica.
A la salida del Hispánico nos acercamos hasta la discoteca Oh León! en busca de nuestras dosis de vicio y baile en las sesiones de los allnighters, pero eso ya forma parte de otra crónica...
Artículo escrito por Rafa Beatman y Nacho Thirdeye, publicado también en la revista Mondosonoro