LA JUKEBOX DE ÁNGEL KAPLAN (BUBBLEGUM, DOCTOR EXPLOSION, THE CYNICS)




Es casi ya un tópico el renegar de las listas. Sin embargo, a mí siempre me ha encantado tanto hacerlas como disfrutar de ellas, pues al margen de lo discutible del criterio usado suelen ser una herramienta bastante útil para descubrir cosas nuevas e interesantes. En este caso simplemente me gustaría comentar una serie de canciones que me han marcado de forma muy especial a lo largo de mi vida. Como es inevitable, me he dejado un montón de cosas en el tintero, ya que he preferido rebuscar un poco en el baúl e intentar conseguir la mayor variedad posible. Desde aquí vaya mi agradecimiento y un fuerte abrazo para toda la familia de Power Pop Action!



1.- MYNAH BIRDS - "It's my time"


Hace unos años, escuchando la caja dedicada a los singles editados por el sello Motown en 1966, este tema llamó poderosamente mi atención. La voz del cantante era inequívocamente negra, pero la base contenía un riff de doce cuerdas en clave folk-rock y unos coros al más puro estilo Costa Oeste que me rompían totalmente los esquemas. ¿Cuál podía ser el origen de aquel pepinazo? Una pequeña investigación desveló que entre los implicados se encontraban Bruce Palmer y el mismísimo Neil Young en sus días previos a Buffalo Springfield, mientras que la voz corría a cargo de Rick James, posterior estrella del funk en los años 70. Desgraciadamente, el fruto de aquella explosiva combinación fue archivado indefinidamente, privando al mundo de su escucha hasta que fue felizmente recuperada para la citada caja. Como curiosidad, dada mi insistencia esta canción se convirtió en todo un hit nocturno en el bar gijonés La Folixa, por lo que Bubblegum la mencionamos en la canción "Take the first train" y al pinchadiscos de aquel entonces, el gran Johnny.

2.- SAM COOKE - "A change is gonna come"

Una canción tan sentida como inabarcable, escrita e interpretada por una de los mayores genios de la música negra. Un clamor soul con raices gospel respaldado por unos arreglos orquestales tan dramáticos como sobrecogedores. "It's been too hard living, but I'm afraid to die"

3.- BYRDS - "Lady friend"

No es David Crosby mi miembro favorito de esa maquinaria perfecta y engrasada que fueron los primeros Byrds (la raigambre folk de Roger McGuinn o la exquisita sensibilidad de Gene Clark son una dura competencia). No obstante, hay que reconocer que con esta composición se apuntó un tanto incontestable: un riff de doce cuerdas insuperable, una melodía exquisita y unas armonías y trompetas celestiales que nos elevan hacia una de las mayores cumbres del que probablemente sea mi grupo favorito de todos los tiempos.

4.- LEFT BANKE - "She may call you up tonight"

Uno de los momentos más álgidos de la historia del pop barroco y de altos vuelos hecho en los 60. Capitaneados por el ñiño prodigio Michael Brown, músico de formación clásica, Left Banke facturaron esta pequeña maravilla con un estribillo memorable y armonías fulminantes.

5.- VELVET UNDERGROUND - "Stephanie says"

Si algo hizo grande a la Velvet fue la capacidad de alternar el ruidismo más terrorista con pasajes de pura delicadeza pop. Un claro ejemplo de esta segunda vertiente es esta canción, de nuevo inexplicablemente inédita en la época de su grabación y que reaparecería en posteriores antologías, aunque Lou Reed la reciclaría con otra letra para su posterior album, "Berlin". En esta versión es el propio Lou quien nos muestra su lado más fragil, mientras que un John Cale inconmesurable con la viola y unos coros y arreglos de xilofón que bordan en lo infantil dan forma a una auténtica delicia para los oidos. "It's so cold in Alaska..."



Existen canciones inequívocamente unidas al momento en que las descubres. Cada vez que escucho esta gema del folk-rock británico de los 60 me resulta imposible no acordarme de una tarde genial que pasamos Jorge Explosión, Pibli y yo en casa de un buen amigo holandés en Rotterdam, donde entre centenares de discos esparcidos por el suelo y cervezas nos íbamos descubriendo canciones los unos a los otros. En el momento en que esta canción comenzó, supe que estaba ante algo muy especial; y es que el talento y sensibilidad femenina de Sandy Denny (posteriormente vocalista de los básicos Fairport Convention) brillan con luz propia.

7.- GAYLETTES - "Here comes that feeling"

O como tamizar un tema de Brenda Lee a través del filtro de la musica jamaicana: una suave cadencia reggae, una producción elegante y unas voces celestiales que aportan un punto justo de negritud a esta preciosa melodía. No en vano, entre las integrantes del grupo se encontraba Judy Mowatt, posterior corista del mismísimo Bob Marley. Banda sonora para corazones rotos.

8.- BIG STAR - "Holocaust"

El caos ordenado, el desasosiego hecho canción. Los demonios personales de Alex Chilton en su época más autodestructiva en un ejercicio de exorcismo emocional. Pocos discos como el tercer LP de Big Star esconden tantos

secretos tras esa aparente capa de desorden y dejadez a todos aquellos dispuestos a traspasar sus fronteras.


9.- FLAMIN' GROOVIES - "Shake some action"

Un himno mágico y energético, el puente perfecto entre el sonido del Merseybeat británico de los años 60 y el Powerpop americano de los 70. Los Groovies de San Francisco reinventándose a sí mismos, impulsados por el fichaje de Chris Wilson y el saber hacer de Cyril Jordan. Si me hubieran dado un euro cada vez que he cantando esta canción de fiesta creo que ahora sería millonario.

10.- KEVIN AYERS - "After the show"

Una de tantas maravillosas canciones descubiertas por ese maestro de las ondas radiofónicas que es Juan de Pablos, alguien cuya infinita sabiduria musical sólo se ve eclipsada por su enorme calidad humana. Kevin Ayers es un maldito de la melodía al que le gusta hacer gala de su personaje de dandy decadente y esta bonita canción de estribillo pegadizo y encantador es una de las más redondas y evocadoras que ha escrito. "Who is gonna take me home after the show?"

11.- WIRE - "The 15th"

Un grupo visionario y avanzado, que partió de postulados punk para llevarlo todo un paso más allá, y cuyo legado ha sido estudiado detenidamente por varias generaciones posteriores. Entre sus temas más arriesgados y vanguardistas eran capaces de incluir auténticos pildorazos de pop pluscuamperfecto como "Outdoor miner", de su segundo LP, o esta maravilla incluida en su tercer disco, canción por la cual los mismísimos Pixies habría dado un brazo y parte del otro. ¿La mejor melodía del post-punk?

12.- RAIN PARADE - "What she's done to your mind"


El Paisley Underground en su máximo esplendor. Una joya folk-rock luminosa y vibrante donde el genio de David Roback, posterior artífice de grupos fundamentales como Opal o Mazzy Star, está poseido por el espíritu de los Byrds. Y toda una declaración de intenciones; mientras muchos
de sus coetaneos se empecinaban en buscar un sonido moderno, artificial y hueco, Rain Parade facturaban esta joya atemporal que a día de hoy sigue sonando fresca, actual y emocionante.

13.- GO-BETWEENS - "Love goes on"

Hastiados de su exilio londinense y desengañados con la industria discográfica, los Go-Betweens regresan a Australia para grabar un LP maravilloso y emotivo, "16 lovers lane", plagado de canciones inolvidables y que se abre con este temazo firmado por ese romántico incurable llamado Grant McLennan. Un grupo al que me costó cogerle el punto pero que finalmente me atrapó para siempre.

14.- JACOBITES - "Country girl"

Dentro de esa cadena que parte de Johnny Thunders y los Only Ones, los Jacobites son uno de sus los eslabones con más enjundia. Unidos por su pasión por los Rolling Stones, David Bowie y T-Rex (además de otras adicciones digamos menos saludables), Nikki Sudden y Dave Kusworth grabaron discos y canciones tan memorables como las de sus ídolos. Pero si tengo que quedarme sólo con una, escojo esta canción maravillosa y atmosférica, donde los cambios de tono terminan por desembocar en un final álgido y mágico.

15.- FEEDBACKS - "The girl"

Ya se sabe que a los asturianos nos tira mucho "la tierrina", pero en este caso está perfectamente justificado. No soy un gran fan del punk-pop hipervitaminado; es por ello que cuando escuché las primeras grabaciones de los cuatro de Turón a mediados de los 90 no me interesé especialmente por mis paisanos. Todo cambió la primera vez que escuché este auténtico pepinazo de power-pop incluido en su tercer disco, "Nothing a little pop won't cure", donde se combinan todos los elementos de dicho género de una forma magistral: una gran melodía, unas armonías radiantes y unas guitarras crujientes y rabiosas sobre una base rítmica poderosa e implacable. Un estribillo imborrable y un puente que podría haber firmado el mismísimo Chris Bell nos llevan hacia un final explosivo y vibrante. Con los años hemos forjado una fuerte amistad que nos ha llevado a colaborar en multitud de ocasiones, y sobre todo, compartir un montón de cenas, fiestas, vacaciones y grandes momentos juntos. ¡Y los que quedan!



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