LA JUKEBOX DE PABLO CARRERO (ROCK INDIANA)





Son varios los motivos por los que Rock Indiana es uno de nuestros sellos favoritos. Por citar algunos: publica buena parte de los discos nacionales que nos gustan, ofrece una política de precios accesible para cualquier bolsillo, muestra un gusto cercano al nuestro en sus referencias discográficas o simplemente, por la deferencia de organizar tres de las cinco fiestas de aniversario de Power Pop Action! Restituir estas atenciones con nuestra web, o tratar de resumir de algún modo todo el trabajo que ha desarrollado este sello en sus 17 años de vida, nos resultaría tan complicado como imposible. De momento, nos enorgullece que Pablo Carrero, responsable de Rock Indiana, sea uno de los invitados de nuestra ya célebre jukebox.




1.- The Knack. “My sharona”


Dave Grohl, batería de Nirvana (que no es precisamente santo de mi devoción) dijo en cierta ocasión que era su canción favorita de todos los tiempos. Probablemente, también es mi canción favorita, si es que fuera posible señalar una sola (que no lo es, claro). El caso es que seguramente es la canción que más veces he escuchado en mi vida. Muchas de ellas, a propósito, pero también otras muchísimas, de forma casual: en la radio, como fondo en anuncios publicitarios, en bares, incluso en un capítulo de los Simpsons… Cuando escuchas tantas veces una canción, por buena que sea, acabas detestándola irremediablemente. Me ha pasado con muchas, pero no con “My Sharona”. Siempre que suena es una delicia. Todo en ella está bien: el ritmo trepidante, el sonido arrollador y duro, sin ser sucio, la maravillosa voz de Doug Fieger, el formidable solo de guitarra (uno de los pocos solos de guitarra más bien largos, rápidos y supuestamente deslumbrantes que me parecen verdaderamente maravillosos), esa especie de final en falso desde el que la canción vuelve a remontar el vuelo… sencillamente perfecta.

2.- Kimberly Rew. “Simple Pleasures”
Me he acordado de esta pequeña maravilla pensando en “Walking on sunshine”, la canción que hizo famosos a Katrina and the Waves y contribuyó a unos cuantos buenos festejos cuando tenía 18 años… El caso es que su autor es Kimberly Rew, guitarrista de los Softboys que en 2000 editó un buen disco llamado “Tunnel into summer”. El disco está bien sin más, pero la canción que lo abre es sencillamente formidable en su sencillez. Y es que como dice el estribillo, los placeres sencillos son los mejores.

3.- The Beat “Don´t wait up for me tonight”


Ya vendrán, más adelante, cosas un poco menos obvias –espero-, pero algo del primer disco de los Beat de Paul Collins tenía que figurar irremediablemente en esta lista. De no haber existido los Beatles, probablemente sería mi disco favorito de todos los tiempos (aunque, de no haber existido los Beatles, no habría existido el primer álbum de Paul Collins).
Supongo que para el 99 por 100 de los que leéis esta página será, como para mí, uno de vuestros discos de cabecera. Me sigue dejando pasmado el sonido, la actitud, la energía y… sobre todo, las canciones. Entre todas ellas (todas buenas), mi favorita es esta, otra canción eterna que siempre viene bien recuperar.

4.- The Pretenders. “Kid”

Los Pretenders son otro de mis grupos favoritos, algo a lo que no es en absoluto ajeno el hecho de que quien está al frente no sea otra que Chrissie Hynde, la más genuina “rock and roll girl” que ha habitado la escena musical internacional. Algo así dijo Neil Young, y yo lo suscribo, con el permiso de Lucinda Williams. Pero Chrissie llegó mucho antes, cuando yo tenía trece años, creo, y, ya se sabe, eso marca mucho…
“Kid” es una canción maravillosa, con un precioso riff de guitarra al comienzo y una melodía impecable que Chrissie canta como nadie. Hay muchas otras canciones de los Pretenders que me encantan (la segunda sería “Back on the chain gang”), pero me quedo con esta misma.

5.- Aretha Franklin. “I say a little prayer”


Por supuesto, me encanta “Think”, “Respect”, “Chain of fools” y otras muchísimas canciones del repertorio de Aretha Franklin, pero su versión de “I say a little prayer” es absolutamente sublime. Fue una bendición que la grabara Aretha, porque la verdad es que la versión original, grabada por Dionne Warwick, para quien la escribieron Burt Bacharach y Hal David, está a años luz. Con Aretha, “I say a little prayer” pasa de bonita canción pop a obra maestra llena de sensibilidad, emoción e intensidad.

6.- The Rolling Stones. “Carol” / “Route 66”.



Cualquiera de las dos me provoca las mismas sensaciones. En sus discos de los sesenta y los setenta hay un montón de buenas canciones y supongo que la esencia del grupo está más bien en “Exile…” o “Sticky fingers”, pero probablemente mi disco favorito de los Rolling Stones sea el primero, y estas dos canciones en particular. Me resulta admirable el modo en el que abordaban canciones tan potentes y significativas como estas (y como todo el resto del álbum, en realidad) dejando bien a las claras su propia impronta. También me sigue fascinando el sonido, crudo, algo sucio… me da la sensación de que nadie ha vuelto a sonar así.

7.- Nacha Pop. “No necesitas más”
Es mi grupo español favorito y recurro a ellos con muchísima frecuencia. Me encantan sus dos primeros discos. Me gusta mucho el tercero y me encantan también las canciones de Antonio de los dos últimos. Al margen de “Chica de ayer” –una canción mágica que, como decía a propósito de “My Sharona”, no me canso nunca de escuchar a pesar de haberla oído varios millones de veces-, una de mis favoritas es ésta que abría “Buena disposición”. Recuerdo cientos de mañanas de sábado levantándome con “No necesitas más” a todo volumen. Nacho, que más tarde perdería el norte irremisiblemente, acierta aquí de pleno, tanto en la música como en la letra, logrando una canción poderosa, enérgica y positiva.

8.- Dan Kelleher. “I couldn´t help but cry”


Hay dos discos recopilatorios de nueva ola en los que aparecen grupos básicamente de segunda fila que fueron parte sustancial de mi dieta durante los primeros años ochenta. Uno es “On the wave” y el otro, “Chiswick collection”, en el que viene esta maravillosa canción de un olvidado del punk y la nueva ola llamado Dan kelleher, que había militado en los 101ers de Joe Strummer. Preciosa canción pop de aire retro.

9.- Mamá. “Nada más”



De haber tenido Mamá un poco más de fortuna, “Nada más” podría haber competido perfectamente por la categoría de “himno de la nueva ola madrileña” con “Chica de ayer” y haber batido, de sobra, a “Déjame”. Pero el destino tenía otros planes para la banda de José María Granados, que acabó separándose después de haber editado un primer disco fantástico (a pesar de la producción) y un segundo bastante decepcionante, y que en los últimos tiempos ha resucitado con un disco fantástico, “La mejor canción”, al que en breve darán continuidad.
“Nada más” no estaba en ninguno de los dos primeros álbumes, sino en su primer Ep, en el que también estaba la casi tan buena “Ya no volverás”. Es una canción muy sencilla, pero preciosa, lo que puede aplicarse igualmente a su letra.

10.- The Byrds “My back pages”

Tengo la teoría de que una de las razones por las que nunca me ha gustado demasiado Bob Dylan es que le conocí gracias a un disco que me grabó un amigo que se titulaba “Byrds play Dylan”, que recopilaba las muchas versiones que hicieron McGuinn y compañía del repertorio dylaniano. El caso es que, en la mayoría de los casos, las canciones de Dylan me gustan mucho más en la versión de los Byrds. “My back pages” es seguramente mi favorita. Una canción fantástica en la austeridad del original, pero absolutamente sublime en manos de los Byrds y sus impagables armonías vocales y guitarras de doce cuerdas.

11.- Neil Young “Tell me why”

“After the gold rush” es mi disco favorito de Neil Young y uno de esos discos a los que recurro muy a menudo… sobre todo cuando es de noche y todo el mundo en casa se ha ido ya a dormir. “Tell me why” es una preciosa canción en la que Neil Young muestra su faceta más dulce cantando de maravilla. La sencillez de la producción (solamente guitarras acústicas y voces) no hace otra cosa sino poner más en evidencia su majestuosidad. Llegué un poco tarde a Neil Young (cuando un amigo me regaló “American Stars´n Bars” por mi 22º o 23º cumpleaños), y, de hecho, no toda su discografía me gusta por igual, ni mucho menos. Pero este disco y esta canción están, seguro, entre los más emocionantes.

12.- The Jam “Going underground”


Con quince años yo era mod. Ver “Quadrophenia” en el Covadonga (un cine de mala muerte que programaba sesiones dobles con predominio de películas musicales) y escuchar muy a menudo esta canción tuvo mucho que ver con el asunto. Fue verdaderamente impactante, y la verdad es que sigue pareciéndome una canción absolutamente magistral. Pura energía, excitación y mala leche.

13.- The Beatles. “Happiness is a warm gun”

En los Beatles está casi toda la música que me gusta, y me resulta absolutamente imposible elegir solamente una canción de ellos –también me resultaría imposible elegir solamente 10 o solamente 20; la cosa empezaría a resultar algo más sencilla a partir de 50 o así…- Pero como ya he sido demasiado obvio y previsible con los Beat y los Knack he escogido una canción que para mí fue particularmente emotiva durante una larga temporada de mi adolescencia. “Happiness is a warm gun” (y, en especial, el aullido de John) me sigue conmoviendo cada vez que la escucho. Es una canción rara, algo desasosegadora, pero enormemente intensa y emotiva. Está en el doble blanco, que supongo que es mi disco favorito de los Beatles.

14. Ramones. “Sheena is a punk rocker”

Siempre fue mi canción favorita de los Ramones, otra banda esencial en mi formación musical, evidentemente. No me suelo poner discos enteros de los Ramones, pero el primero me sigue pareciendo bestial, y esta canción un auténtico himno.

15.- Squeeze. “Pulling mussles (from the shell)”

Otro de esos grupos de los que cuesta seleccionar una sola canción. Extraordinariamente dotados para escribir perfectas melodías pop, Glenn Tilbrook y Chris Difford hicieron al menos cuatro discos imprescindibles (del segundo al quinto). Esta canción es la que abre el tercero, “Argy Bargy”, publicado en el 80.

16.- Elvis Costello. “Big sister clothes”

Más nueva ola de cinco estrellas. Costello es uno de los pocos músicos de los que me empeño en tener todos sus discos. Aunque bastantes de ellos no me convencen demasiado (eso sí, casi siempre hay alguna buena canción por alguna parte), sí hay muchos que me resultan imprescindibles. Los tres primeros, desde luego, pero también “Trust”, en el que está esta preciosa balada de ambiente nocturno y melancólico.

17.- The Zombies. “The time of the season”
La ventaja de los Zombies sobre otros grupos de los 60 es que su discografía es muy corta. De esa forma, “Oddissey and oracle” resplandece como uno de los grandes discos del pop británico de aquella década. Un disco impecable del que se puede seleccionar cualquiera de sus canciones. Esta alegoría sobre el final del verano del amor y los sueños de los sesenta está llena de melancolía y sensibilidad, gracias, especialmente, a la emocionante voz de Colin Blunstone.


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