Por Swann*:
Repasando mentalmente lo que he escrito hasta ahora en mi blog The Beatles Integral, me da por pensar que hay que ponerse en la piel de los Beatles. Cuatro chicos de Liverpool que forman un grupo en 1957 (bien, sí... con alguna incorporación tardía) que se tiran varios años trabajando como bestias y sin ningún éxito aparente, durmiendo en el cuchitril apestoso de Hamburgo, sin poder ni tan siquiera cambiarse de ropa en semanas, que en 1962 obtienen la posibilidad de probar para la Decca, la cual los despacha sin miramientos y, si hemos de creer la leyenda, como "el peor grupo de Liverpool", y luego para la EMI, en una sesión que empieza tan mal que parece que el destino inmediato va a ser el mismo... y de repente, en unos pocos meses, se convierten en un fenómeno mundial.
Ese fenómeno, y la locura en la que ellos se vieron envueltos, explica muchas cosas. Entre otras, por qué aparecen en las entrevistas de la época como cuatro merluzos engreídos, "graciosillos" y a menudo patéticos. No me digáis que no da grima:
Pero en lo que aquí nos importa, que es el proceso
creativo, hay que plantearse otras cosas.
*
La explosión del fenómeno implica para ellos,
especialmente para John y Paul, la necesidad de crear hits a un ritmo infernal,
en unas condiciones nada propicias para la composición (en camerinos o trenes),
en medio de una serie agotadora de conciertos, apariciones en radio y
televisión y viajes y con una presión superlativa. Ya lo hemos visto.
Pero hay un momento en el que, al menos a ese nivel, se
produce una parada y los compositores empiezan a explorar de una manera más
pausada, más profunda. A esa fase pertenecen las cuatro primeras canciones del
LP "With the Beatles" y muy especialmente "All I've got to
do".
En esas primeras cuatro canciones hay síntomas muy
importantes de maduración. Ya vimos cómo Paul, con (15) "All my
loving", dio un paso de gigante. Nos queda por ver la irrupción de
Harrison como compositor. Y en la canción de hoy encontramos a un John distinto
que alcanza una calidad muy particular.
*
"All I've got to do" es una canción inmensa.
Pasa desapercibida muchas veces, pero eso se debe al hecho de que es
profundamente introspectiva.
Muchas de las influencias de la música de los Beatles
saltan de inmediato a la vista. El rock'n'roll, por supuesto, la música
negra... Pero hay otras que no son tan evidentes. Y aquí John se va a la parte
más creativa e intimista del pop anglosajón de la época. Digámoslo rápido: para
mí en esta canción resuena Carole King.
Carole King es una de las más grandes compositoras de la
historia del pop. Y triunfó en ese terreno, creando éxitos para los demás,
mucho antes de hacerlo definitivamente como intérprete.
Ya en el primer disco de los Beatles había una
encantadora canción suya:
En 1962 Carole tuvo, puntualmente, un primer éxito con
una canción propia; se trata de "It might as well rain until september",
una de las composiciones más hermosas de la historia del pop:
Y en "All I've got to do" John se deja resbalar
por ese tobogán de sentimientos sutiles y agradables. No sé por qué, pero cada
vez que la escucho me lo imagino a él con un sombrero tejano, cantando y
tocando la guitarra mientras se balancea sobre una mecedora en el porche de una
casa de campo. Aunque luego, claro, se levanta y eleva también la voz, porque
Ringo, con ese enloquecedor ritmillo sincopado y esos toques tan coquetos del
charles, ha ido creando una pequeña tensión que tiene que eclosionar.
Pero luego vuelve a sentarse; y al final la melodía se
evade en un fade con unos "Hmmm..." que parecen insinuar, como pasa
tantas otras veces con la música de los Beatles, que la canción no desaparece,
sino que se va a otro lugar misterioso al que nos invita a seguirla y donde
seguirá sonando para siempre.
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* Nuestro amigo y colaborador Miguel Swann es el autor de
este comentario sobre la canción “All I’ve Got To Do” de los Beatles. En su
recomendable blog The Beatles Integral aborda, de forma original, el repaso de
todas las canciones de los Beatles por orden cronológico.