POR LUIS DE ORY:
Poca repercusión ha tenido hasta ahora en España el fantástico disco publicado en 2004 por el polivalente músico de Yuma (Arizona) Eugene Edwards, afincado actualmente en Los Angeles
Son 45 minutos de un pop transparente, directo y fresco desde el principio hasta el fin sin que se perciba ninguna canción de las consideradas “de relleno” en el que el músico da rienda suelta a sus facultades y toca todos los instrumentos excepto la batería, que lo hace Mike “Soupy” Sessa, batería de los Bellrays.
Comienza de un modo sorprendente recordándonos desde el primer acorde a las Bandas de la New Wave Británica de los primeros años 80 como Nick Lowe, Squeeze y especialmente al Elvis Costello de sus primeros discos. Y siendo fiel al credo de éstas de recibir sus influencias del pop de los 60.
Ya se intuía su futuro cuando a sus 13 años le regalaron su primera guitarra eléctrica. Nada menos que una Telecaster, como la que siempre usó el genio de Liverpool.
Esta permanente referencia a Costello lo es no solo por el estilo de hacer pop brillante y pegadizo sino por el timbre de voz que por momentos nos trae a la memoria al incombustible McManus de sus años de "My Aim is True" o "This Year’s model".
Una de mis preferidas es la segunda, “It Doesn’t Get Better Than This” que por momentos también parece estar escuchando a la genial banda de Manchester Any Trouble.
Sin bajar el ritmo en la calidad, a pesar de contar el álbum con un par de baladas, a partir de la 7ª canción se notan mas las influencias de su lugar de origen, sur de USA, y se tiñe ese pop freso con unos aires más de esa tierra en la onda Tom Petty.
Y termina el álbum con la energía con la que empezó, del que ha llegado a ser, según “Los Angeles Times”, el favorito de la escena pop de allí.
Artículo escrito por LUIS DE ORY