Por Luis de Ory:
Otra de las grandes sorpresas de 2011 es el disco de The Connection: “New England’s Newest Hitmakers” (Collectors Club Records, 2011). Un discazo de sixties powerpop directo a la yugular. Un LP de menos de veinte minutos, a la vieja usanza, de esos que al terminar, tienes que pinchar otra vez.
En otros ambientes quizás leeríais eso de que es “un disco muy bueno pero donde no encuentras nada nuevo”, o sea “un gran disco, pero sin pretensiones”. A mí, esos tópicos no me gustan nada. Los discos son buenos cuando entran a la primera y necesitas escucharlos una y otra vez, sin parar. Cuando escucho un LP no pretendo esos viajes iniciáticos que buscan en territorios indies. Lo que busco es moverme, saltar y animarme de la manera mas rápida posible.
Hace unos meses, The Connection ya nos sorprendían con un impactante single titulado “Stop Talking” en el que nos presentaban la canción que daba título al disco, un auténco megahit de clásico rock and roll/beat al estilo de los Hi-Risers; y una versión de Dee Dee Ramone, “Baby Doll”, que a mediados de los Ochenta la escuchábamos en versión de los Chesterfield Kings. Ambas canciones figuran incluidas en el LP que nos ocupa.
A finales de este verano nos sorprendían con la publicación de este estupendo LP que ofrecen en formato CD y en una cortísima edición en LP de vinilo en blanco, de 100 copias, con solo 50 disponibles para vender on-line. A buen seguro, será pronto pieza codiciada de coleccionista powerpopero, porque en el momento que escribo estas lineas, a pesar de ser una “pre-order”, ya solo quedan tres copias. Lo tiene todo: rock and roll/beat como “It's Alright”, pop y melodía, medios tiempos como “Little Lies”, sonidos beat al estilo de la “invasión británica” ya insinuados en su portada y que profetizan en su título. Efectivamente, son unos nuevos fabricantes de hits ingleses, como había a puñados, en los Sesenta.
Los cabezas visibles de este proyecto son Geoffrey Palmer, un joven polifacético músico ya curtido en bandas como The Queers y The Guts que publica tambien canciones, de estilos tan diversos como recomendables, bajo el seudónimo de Geoff Useless y que tambien colabora con Kurt Baker en sus proyectos -desde luego, lo que sale de aquel horno de Portsmouth viene con garantía de calidad- y tambien Brad Marino, que es co-autor de las canciones del disco.
Poco mas puedo añadir sobre las canciones. La mejor explicación es que le peguéis una escucha ahora mismo y, ¡rápido, si os dais prisa aun podéis comprar su vinilo!
Artículo escrito por Luis de Ory