LA JUKEBOX DE FERNANDO LÓPEZ CHAURRI


 
 
* Fernando López Chaurri es el autor de los libros: The Hollies. Con estilo propio, The Byrds. Más jóvenes que ayer y Beatles 62. El año del cambio.


Antes de nada quiero dejar constancia de mi gratitud hacia Rafa y hacia muchos de los que frecuentáis Power Pop Action! por las palabras de elogio que siempre habéis tenido hacia los libros que he publicado. Y mi gratitud también por haberme dado la oportunidad de recrearme en la elaboración de una lista con mis 15 canciones favoritas. Es una lista cambiante y sin duda demasiado corta para dar cabida a todas esas canciones que han significado algo importante para mí, pero mientras la escribía he disfrutado mucho con todos los recuerdos que han venido a mi memoria.



Quizás sea por que nací el año en el que él murió, o quizás se deba a cualquier otra circunstancia que no soy capaz de explicar, pero lo cierto es que de todos los rockers norteamericanos de los años cincuenta, el que más me ha llamado siempre la atención es Buddy Holly. Llegué hasta él, como a tantos y tantos otros cantantes y grupos, a través de los Beatles. Ellos habían versionado “Words Of Love” y además su nombre siempre aparecía mencionado en todos aquellos libros sobre los Beatles que leía y releía con 14 y 15 años como uno de los músicos que más había influido al cuarteto de Liverpool. “Rave On” es su canción que más me gusta, quizás por que en ella Buddy utiliza un tono de voz algo más agresivo del que empleaba habitualmente.


El 13 de diciembre de 1973 pusieron en Televisión Española la película Qué Noche la de Aquel Día! Yo acababa de cumplir 14 años. Me quedé impresionado por la imagen, la música y el sentido el humor de los Beatles. Aquello cambió mi vida. Obviamente, el regalo de aquellas Navidades fue el LP de A Hard Days Night! Una de las escenas de la película que más me llamó la atención fue la partida de cartas en el tren en la que interpretaban “I Should Have Known Better”, una de mis canciones favoritas de los Beatles a lo largo de todos estos años.


Escuché a los Byrds de forma consciente por primera vez cuando tenía 15 años. Fue en un programa de radio nocturno. Mi primera impresión fue que no eran tan buenos como los Beatles, pero que, sin duda, eran un grupo fantástico. Poco después compré su LP de Grandes Éxitos. ¡Quién me iba a decir a mí entonces que un día conocería personalmente a Roger McGuinn y a Chris Hillman y que ellos me ayudarían a escribir un libro sobre los Byrds! “She Don’t Care About Time” es una oscura canción de cara B de single, pero para mí en ella se condesa toda la magia de los Byrds.



En 1980 me compré el libro El Rock Inglés de Alain Dister. Cuando terminé de leerlo, pensé que era una obra incompleta. En él no se hacía ni una sola mención a los Hollies, a pesar de que alguna canción suya era mejor que la discografía completa de muchos de los grupos que aparecían en el libro. Creo que ahí empezó a germinar en mí la idea de que alguien debería escribir un libro sobre los Hollies. Lo que no podía imaginar es que ese alguien, veinticinco años después, iba a ser yo. Mi canción favorita de los Hollies es “I Can’t Let Go”, con ese fantástico bajo de Bernie Calvert, la espectacular batería de Bobby Elliott y la voz de Allan Clarke (¡es imposible cantar mejor!).

 
Mi aprendizaje de la discografía de los Kinks empezó por su lado más salvaje, pero pronto descubrí que también tenían otro universo repleto de excelentes canciones de medio tiempo con unas melodías cautivadoras y unas letras costumbristas que destilaban una afilada ironía y una capacidad de percibir la realidad de una forma diferente a la que tenían la mayoría de sus contemporáneos. “Sunny Afternoon” fue para mí una grata sorpresa que me encontré cuando compré el cassette de Face To Face.


La escuché por primera vez una radiante mañana del verano de 1974. Yo tenía 15 años. “Strawberry Fields Forever” formaba parte de una cinta de cassette que me habían regalado: Por Siempre Beatles. Me pareció un tema excelente. Casi 20 años después, en 1993, tuve la oportunidad de escuchar varias de las tomas que los Beatles grabaron de esta canción, algunas de ellas incluidas posteriormente en el recopilatorio Anthology. Fue entonces cuando puede entender en toda su dimensión la obra maestra que los Beatles y George Martin nos habían regalado.





Para mí es la canción que mejor resume la historia del rock. En ella están sintetizados los principales elementos de todo lo que ocurrió antes y de casi todo lo que vino después.


A finales de los años setenta, los aficionados a la música de mi generación vivimos una época dorada. Ahí estaban los Ramones, los Clash, los Jam, Squeeze, Nick Lowe, Elvis Costello, Blondie, Joe Jackson, Talking Heads, los primeros Police, los Only Ones, los Cars,... No teníamos unos Beatles, pero si teníamos a grupos y cantantes que salían bastante bien parados de comparaciones con los Who, los Kinks o los Stones. Al menos esa era y es mi opinión. Uno de mis grupos favoritos de aquella época fueron los Beat americanos, los Beat de Paul Collins. Su primer LP es una verdadera joya y ese “Rock N Roll Girl” con el que se abre el disco, una excelente canción.
 


Elvis Costello me fascinó desde la primera vez que le vi y le escuché. Me cautivó por su imagen, tan parecida a la de Buddy Holly, por sus magníficas canciones, ejecutadas con una energía y una entrega que pocas veces había visto antes. Y su grupo de acompañamiento, los Atractions, era todo un lujo. El single de “Accidents Will Happen” lo he escuchado cientos de veces. El arranque de la canción siempre me fascinó y también la foto de portada y la galleta del single.


Era 1982. No recuerdo el nombre del programa de radio, pero si recuerdo que el locutor dijo: “Y ahora vamos con nuestro concurso de todas las semanas. El oyente que acierte la pregunta ganará el LP que él quiera. ¿Quién es el productor del último single de Radio Futura, La Estatua del Jardín Botánico?” Cogí el teléfono y llamé sin dudar. La respuesta la había oído y leído en varios sitios y además tenía el single delante de mí y en la “galleta” ponía muy claro que la producción era de Jaime Stinus. Respuesta correcta. El locutor me preguntó que disco quería y yo le respondí que The Gift de los Jam. O yo me expliqué mal o él no tenía ni idea de lo que le estaba hablando, por que me preguntó “¿cuál?”. Yo respondí, “The Gift, el disco que se acaba de publicar de los Jam”. Unos días después recibí en mi casa, completamente destrozado, un LP de los Jam, pero no era The Gift, sino Setting Sons. Yo ya conocía algunas canciones de este LP, como “Thick as Thieves”, “Private Hell” o “Etton Riffles”, pero la que me atrapó desde la primera escucha fue “Burning Sky”, la canción que abría la cara B. A diferencia de las canciones que habitualmente escuchaba y que me ayudaban a evadirme de la realidad, este tema me pegaba al suelo con aquella letra que rezumaba desilusión, egoísmo y resignación, y que reflejaba a la perfección la realidad en la que nos iba a tocar vivir a partir de entonces.



Siempre han sido uno de mis grupos favoritos y “Should I Stay or Should I Go” me parece una canción 10. Además la tengo un especial cariño, porque, junto a “The Bitterest Pill”de los Jam, fue el último single de vinilo que me compré, allá por 1982.


Creo que en los últimos años a R.E.M. se les ha perdido el respeto que merecen. Los álbumes y singles que publicaron durante los años 80 me parecen únicos, extraordinarios, a la altura de los de las mejores bandas de rock de la historia. “Driver 8” me resulta especialmente acertada, por su sencillez, por el acento sureño de Michael Stipe, por los coros y por esa fantástica guitarra de Peter Buck.



Les seguí desde su primer disco y me siguen pareciendo un grupo perfecto. A  lo largo de estos años he comprado sus discos de forma regular, casi siempre, por casualidades de la vida, fuera de España, en Londres, en Amsterdam, en Atlanta... Como desgraciadamente sólo puedo quedarme con una de sus canciones, he escogido “Radiation Vibe” la primera que escuché de ellos, la canción con la que se abría su primer LP.



A pesar de la mala prensa que hayan podido tener y de las peleas fratricidas, es uno de los grupos que más me han gustado de toda la historia. Les valoro mucho, además de por sus excelentes discos, por el empeño que han tenido en defender la tradición de las bandas británicas de los sesenta y los setenta y por habernos dado la oportunidad de que, gracias a sus escándalos, un grupo haya ocupado grandes titulares en la prensa nacional e internacional, en unos tiempos en los que a casi nadie parece importarle lo más mínimo lo que hacen las bandas de rock. El riff de “The Hindu Times” es sencillo, pero contagioso. Una de las pocas canciones que tengo en CD single.


Me resulta reconfortante que en pleno siglo XXI siga habiendo grupos nuevos que miran con orgullo al pasado y que toman como fuente de inspiración lo que otros hicieron cuatro décadas antes. Además son de Liverpool, y en directo hacen versiones de temas de los Beatles y de los Byrds. “Jacqueline” es una canción sencilla, pero tiene una magia especial. A pesar de su melancólica letra, a mi me infunde optimismo y alegría de vivir en una época en la que estamos muy necesitados de sensaciones de este tipo.