BIG STAR: "# 1 RECORD"



Por Jose Radiocity:

Todavía recuerdo mi primer contacto con este mítico disco, fue en casa de uno de esos amigos que te introducen poco a poco en la música “rara”. Habían sido varias las mañanas de sábado en las que quedaba con él para que me prestase discos, los primeros fueron singles de Chesterfield Kings, Cynics, y demás grandes del revival garagero de finales de los 80. Imagino que me vio preparado para tomar contacto con una obra maestra que entonces, todavía más que ahora, estaba fuera del alcance de la mayoría. Se equivocaba, aunque no puedo decir que no me gustara, pero para mí por aquel entonces, centrado en conocer el garage y el punk, el power pop eran Romantics, Beat y pocas cosas más. Reconozco que no fui capaz de entender la grandeza del primer disco de Big Star, aunque me gustaban sus melodías, en especial la de “Ballad of el Goodo”, lo dejé apartado en una TDK de las que esperaban ser revisadas. No transcurrió mucho tiempo hasta que mi compañero de fatigas musicales apareció con otra copia del Cd de Big Beat que unía este disco y su segundo: “Radio City”. Las cosas eran diferentes, aunque seguía escuchando música mucho más bruta, había aprendido a sacar partido a lo que escondían esas canciones.

La historia de este disco es más o menos conocida, los componentes del grupo de Memphis Icewater (antes Rock City) contactan en Nueva York con su paisano Alex Chilton, que había conseguido el estrellato con la canción “The Letter”. En la cabeza de los lideres del grupo, todavía sin nombre, estaba el recuperar el sonido de los 60, mas melódico y menos complicado que la tendencia imperante en aquellos años. Hay cierto acuerdo en que Chris Bell aportaba a los Beatles y Chilton a los Byrds y el rock mas clásico, aunque si tenemos en cuenta el sonido de Icewater, el grupo del primero, no le hacía ascos al rock, incluso al más duro. En cualquier caso son dos genios, con todo lo que esto conlleva, los que se unen para liderar a un grupo que cuenta con un buen batería Jody Stephens (“el hombre más guapo del rock”) y un bajista, Andy Hummel (hijo de Miss America, aunque desafortunadamente para él, no salió a su madre) capaz de componer una gran canción como “The India Song”, pero que transmitía la impresión de que no estaba muy interesado en esto de la música.

La intención de Big Star era la de ser los Beatles, las composiciones las firmaban Bell-Chilton, sin dar importancia a quien era realmente su autor real, las voces y las melodías eran algo prioritario para el grupo y su sonido no sería ni tan grandilocuente ni tan pretencioso como lo que se estilaba en esos principios de década.

Sin ofrecer ni un solo concierto y sin apenas ensayar, se dirigen a los Ardent Studios de John Fry. John Fry era un autodidacta, en compañía de Terry Manning, grababa a artistas de la por entonces decaída Stax Records, durante mucho tiempo lo hicieron en el estudio instalado en el garaje de casa de los padres de Fry. La producción es sin lugar a dudas uno de los puntos fuertes del disco, el sonido es compacto, cálido, lleno de matices, rozando la perfección; para mi gusto una de las mejores grabaciones de la historia.

Allí llegan cada uno con sus canciones dispuestos a acabarlas en el estudio... en el estudio y en la puerta del bar vecino, que al parecer era realmente el lugar donde pasaban más tiempo. Hummel afirma no recordar mucho de esa época en la reconoce además una importante adicción al alcohol y a las drogas. Es precisamente la puerta de ese bar en donde se les ocurre el nombre del grupo, lo sacan del rótulo de una tienda de la cadena Big Star. Al principio lo veían como una broma, pero pensaron que encajaba fielmente con sus intenciones, que no eran otras que la de convertirse en estrellas.

Las maravillas que salen del estudio (y del bar) son canciones que bajo el barniz del sonido pop, esconden la parte oscura que acompañaría la obra y la vida personal de Bell y Chilton.

El disco comienza con la rockera “Feel”, posiblemente la más a la moda de entonces, y lo hace cantando algo tan poco alegre como: "¿Nena qué estás haciendo?/ Me llevas a la ruina/ el amor que me estás robando/ me ha provocado el sentimiento/ Me siento morir/ Y no creo que viva otra vez/ Ni siquiera lo ha intentado/ Y se acerca al fin". Aunque firmada por ambos, la canción es claramente de Bell, que la interpreta demostrando la potencia de su voz.

Le sigue la primera maravilla del disco: “Ballad of el Goodo”, Chilton canta esta canción de inspiración folk, una de esas canciones que se nota que han sido compuestas en casa con una guitarra acústica (si podéis, escuchad la versión del disco en directo grabado en una emisora de radio), en uno de esos momentos de inspiración que sólo los genios tienen. Con una letra reivindicativa contra el reclutamiento forzoso, algunos ven la mano de Bell en la composición por esas llamadas de que “Dios está de su lado”, yo creo que la canción es claramente de Chilton.

Retoman el sonido más rockero con “In The Street”, un relato de la vida de los jóvenes en fin de semana cuando hay pocas cosas que hacer, eso sí, la vida de los que jóvenes roban coches. Es una de las canciones más animadas del disco; esta canción se convirtió en banda sonora de la serie That 70´s Show, en España titulada “Aquellos maravillosos 70” (haciendo alarde de imaginación), Alex Chilton la llama That 70 bucks Show (El Show de los 70 pavos), por ser estos los royalties que cobra de cada emisión.

Continua la temática juvenil y la sucesión rápida-lenta con la joya absoluta del disco, “Thirteen”. Una canción acústica que relata el amor juvenil, donde el protagonista empieza acompañando a la chica al baile y termina proponiéndole convertirse en una “forajida por su amor”, y es que Big Star, como decíamos antes, no se contentaba con la parte mas simple y bonita.

Don't lie to me” tiene un sonido rockero, y nuevamente es Chris Bell quien aporta la vena más dura, rompiendo con esa imagen blanda que se tiene de él, tal vez motivada por su personalidad depresiva. A mí me parece la menos original del disco, un rock and roll de los que se llevaban en la época, claro que con el toque Big Star…

India Song” es la única canción del disco en la que no aparecen acreditados ni Chilton ni Bell, es una composición de Andy Hummel, que contaba que le daba vergüenza presentarla al grupo. Es una preciosa canción, con un sonido bastante hippioso con flautas y demás.

Una de mis preferidas del disco aparece como primera de la cara B, también fue tomada como primer single; sin duda si este disco es considerado como precursor del Power Pop es debido a canciones como esta, con una buena melodía y un sonido más duro del que solía acompañar a este tipo de composiciones. “When my baby It’s Beside Me” es, además, uno de los temas donde más se aprecia el impresionante sonido y la calidez de la producción.

La siguiente composición está firmada por Bell y Eubanks, es de la época en la que ambos formaban parte de Rock City, antes de que Chilton regresara desde Nueva York a Memphis. Eubanks cuenta que Chris le pidió que dejase que apareciera firmada por Chilton/Bell para mantener ese rollo Beatle, este le dijo que ni hablar, imagino que, como le ocurría al grupo, pensaba que el disco iba a ser un éxito y lógicamente, no iba a regalar nada a una estrella como era Alex. “My Live is Right” curiosamente posee el sonido clásico de Big Star, incluso el que tuvo la banda cuando solo quedaba Alex Chilton. Para mí es una de las canciones que hacen de este disco el origen del Power Pop tal y como lo entendemos hoy en día.

Vuelve el lado tristón que era marca de la casa con “Give me another Chance”, la interpretación es sobrecogedora y el sonido, nuevamente, no hace más que engrandecerla.“Try Again”, otra de las canciones que procedía de Rock City, demuestra que Chris se movía bien en todos los campos, los más alegres y rápidos, o como en este caso, los más tristes. La siguiente, “Watch the Sunrise”, al parecer una canción de Alex Chilton, cantada por él, es más animada tanto en música como en letra. Básicamente una guitarra acústica y la voz, pero quién necesita más. Unos coros sencillos, pero muy logrados contribuyen a redondear esta joya.

Cerrando el disco encontramos una broma privada, “ST 100/6”, era un número de referencia ficticio de un disco de Stax, con el que decían que iban a editar el disco. Lo más dramático es que este sello, fue parte importante en su falta de éxito. Stax que se ocupaba de difundir los discos de Ardent, estaba ya en horas bajas, y su distribución, centrada en circuitos de música negra, no ayudó en absoluto a las ventas.

En cualquier caso era un disco fuera de época, en la época de Led Zeppelin no era lo más recomendable tener como guía a los Beatles, los grupos de los 60 o el folk. No lo entendió así Chris Bell que acabó dejando el grupo y se dejó arrastrar hasta acabar destrozado mentalmente; tampoco ayudó la auto-negación de su homosexualidad, aferrándose a un radicalismo cristiano poco aconsejable. Ya sabemos como terminó el asunto, pero Chris nos dejó por el camino, a aparte de este disco, una obra maestra: el “I’m the Cosmos”.

El nombre de este primer disco de Big Star era una declaración de intenciones, disco número 1, de primero de las listas. A un grupo llamado gran estrella, que titula su disco de esa forma, con una portada preciosa y con una foto en la contraportada en la que se ve a 4 jóvenes apuestos, hay que añadirle que en su interior había una gran estrella de la música, una enorme producción reconocida unánimemente, grandes canciones… se daban todos los elementos para triunfar, y como suele ocurrir en estos casos, finalmente fue un gran fracaso. Afortunadamente sí se ha convertido en un disco fundamental para la historia de la música; se comenta que si cada crítico que opina que este disco le sirvió de inspiración para dedicarse a lo suyo lo hubiese comprado realmente, Big Star habrían vendido miles y miles de copias de 1#Record.

Artículo escrito por Jose Radiocity